El temita venezolano

juan

Por Juán Suárez, portavoz de PODEMOS Edimburgo.

Corría el 10 de noviembre de 2007 cuando el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, lanzaba diatribas contra el ex-presidente Aznar en la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado en Santiago de Chile.  En lo más tenso de la alocución, el entonces Rey de España soltó aquel “¿por qué no te callas?”  Frase que luego sería la muletilla de conversaciones jocosas e iniciaría una próspera mercadotecnia de camisetas, logotipos, bufandas o llaveros.  Para que luego maldigan de la visión empresarial en este país.

Tras la bronca y la cadena de declaraciones institucionales, las aguas volvieron a su cauce en julio de 2008.  Hugo Chávez y el monarca se fotografiaron juntos en el Palacio de Marivent en un ambiente ‘distendido’.  Se intercambiaron una camiseta con la frase famosa y se invitaron a ir a la playa. A partir de ahí el flujo comercial con Venezuela llegó a los 3.000 millones de euros en 2012 lo que convirtió a nuestro país en el primer inversor en el país caribeño.  Entre 2010 y 2015, la república bolivariana se ha gastado en nuestro país más de 1.000 millones solo en material de defensa.  ¿Pero qué fue de nuestros protagonistas desde aquello? Pues, el comandante dejó este valle de lágrimas en 2013 después de una larga enfermedad, siendo substituido por un antiguo conductor de autobuses de Caracas llamado Nicolás Maduro.  Juan Carlos primero dejó el trono a su hijo muy preparado en 2014 ,tras una cacería de elefantes con fractura de cadera y un affaire con amante teutónica de nombre muy extenso.  José Luis Rodriguez Zapatero, ZP, se jubiló en el consejo de Estado dejando a Mariano Rajoy al frente del barco tras las elecciones de 2012.

Desde entonces, esta relación de amor-odio entre los dos países, se ha ido complicando un poco desde que en 2014 un grupo de rojeras se apuntó cinco representantes en las elecciones al parlamento europeo.  Algunas de las cabezas visibles de esta formación habían colaborado con la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS) asesorando a países latinoamericanos, entre ellos el gobierno venezolano.  Como algunos habían expresado sus simpatías con Hugo Chávez desde algún programa de la televisión independiente, el tema venezolano pasó a entrar de forma permanente la vida política nacional.

Pronto se llenaron los noticiarios de referencias puntuales de presos políticos, carencias de papel higiénico y videos desde Miami que acusaban directamente a Podemos como inspirador y causante de todos los males del bolivarismo.  Los paralelismos entre el gobierno venezolano y esta nueva formación política no arrojaban ninguna duda para Inda, Rojo, Losantos, Aguirre y el frutero de la esquina.  Como aquel que ve las barbas de su vecino afeitar y empieza a remojar las suyas, la versión hispana de la revolución bolivariana parecía cosa de poco tiempo.  Desde entonces, el bipartidismo ha despertado de su sueño para ponerse manos a la obra para encontrar el grial que demuestre el vínculo causal entre los podemitas y el último Chávez.  Venezuela entró con fuerza en la campaña electoral de diciembre y si nada lo remedia lo hará aún más en la de junio.  Jamás el telespañolito medio ha vivido tan pendiente de Venezuela como en el último año.

Todo esto que parece ser una broma por desgracia no lo es.  Lo cierto es que Venezuela tal y como se la imaginan el frente anti-podemita ya hace tiempo que llegó a nuestro país.  Veamos.  Hay una Ley Mordaza que limita el derecho a la manifestación en espacios públicos, encarcela a miembros de piquetes informativos en una huelga, a articulistas, a twitteros, a titiriteros o a cualquiera que emita un juicio de valor que no sea una alabanza contra la familia real… por citar unas cuantas perlas.  Tenemos un paro juvenil por encima del 50% que prácticamente se le empuja a salir del país y donde una vez fuera de la órbita nacional se les dificulta el derecho a voto y se les elimina de la sanidad pública.  A petición de algún ministro off-shore, hay jueces y policías que elaboran pruebas falsas contra una jueza en excedencia solo por ser candidata de Podemos.  Hay bancos nacionalizados que siguen sin dar crédito a las empresas, mientras equilibran su cuenta de resultados a base de ayudas del gobierno y la compra de deuda pública.  Como contrapartida, estos mismos bancos siguen echando a gente de sus casas y les condenan a una vida de paria social con una deuda hipotecaria de por vida, aun cuando el bien inmueble de marras ya haya engrosado algún fondo buitre.

La deuda pública según Protocolo de Déficit Excesivo (PDE) ha alcanzado un saldo de 1.069.876 millones de euros (1,07 billones), y supone que el nivel de deuda sobre el PIB se sitúe en el entorno del 100%. Sin embargo, se cree que la deuda privada y de las familias puede alcanzar tranquilamente el 200% del PIB (The Economist).  El pasivo total en circulación de las Administraciones Públicas ascendía a 1.480.794 millones de euros (1,5 billones de euros) en el tercer trimestre de 2015 (Banco de España, 2016).  En 2015, el déficit público del estado alcanzó el 5,08% del PIB, para cabreo de la UE.  Casi un punto por encima de las estimaciones del gobierno (Gobierno de España).

Tenemos una producción industrial que se sigue contrayendo (-1.7% en el primer cuarto de 2016, The Economist). Desde el mes de enero de 2015, la creación de empresas de alta tecnología se ha reducido un 11%, hasta 3.135, y el capital invertido un 35%, para quedar en 50 millones de euros.  Las sociedades tecnológicas constituidas en agosto de 2015, apenas 286, suponen el 5% del total. En total, el ritmo de creación de empresas se ha ralentizado un 0.3% (Estudio sobre Demografía Empresarial 2015, INFORMA D&B).  El turismo y las empresas de servicios de baja tecnología siguen siendo la primera industria nacional.  Aunque según el INE un 45.8% de los españolitos no se puede permitir vacaciones ni una semana al año.

El año 2016 empieza con 11.900 parados más y 64.600 empleos menos (Encuesta de Población Activa (EPA), primer trimestre del año). La tasa del paro lleva más de cinco años por encima del 20%, 1.610.900 hogares tienen a todos sus miembros en paro, más de 54.300 que a finales del año anterior.  Hay un tercio de la población que no alcanza fácilmente a comprar papel higiénico, ni compresas, ni para darle desayuno a sus hijos.  Alrededor de 2.800.000 niños españoles, es decir uno de cada tres, se encuentra en riesgo de pobreza (Eurostat, 2015).  La clase media parece que se va extinguiendo como el lince ibérico, crecientemente proletarizada y en precario con un sueldo medio muy por debajo de la media europea.  Según el informe de la Fundación Foessa, vinculada a Cáritas, dentro de la UE solo Bulgaria y Letonia presentan índices de desigualdad más altos que España (2014).  La OCDE apunta que el 10% más rico acumula el 43% de la riqueza total de los hogares, mientras que el 60% más pobre apenas se lleva un 20% de la tarta (cifras de 2015).

Mientras tanto, el gobierno en funciones de la nación no pierde una sola oportunidad de perder una oportunidad y no escatima esfuerzos en cabrear a Europa recibiendo en premio toda clase de advertencias, expedientes y sanciones por: ocultación de datos fiscales, incumplimiento de déficit en las cuentas del estado, incumplimiento de las cuotas de carbono, creación de impuestos abusivos a las renovables, ayudas a clubes de fútbol, por las concertinas de Melilla, por desviar ayudas al desarrollo rural para la rehabilitación de capillas o ermitas,… hasta por banalizar el nazismo (unas 300 sanciones solo en 2013).  Así pues, parece que el gobierno de España ha ido abandonando los patrones económicos y sociales de nuestro entorno europeo para profundizar en un modelo de funcionamiento cercano al de los países emergentes de Latinoamérica.  Ante esta tesitura, parece normal que más de uno tienda a pensar que Caracas es solo un barrio de Madrid, entre Lavapiés y Legazpi, o que Maduro sea un candidato más de la formación liderada por Pablo Iglesias.  Desde los tiempos de Simón Bolívar, jamás en la historia de España hemos tenido a una ciudadanía mejor informada de la realidad venezolana.  Tanto gobierno en funciones como oposición se prodigan en actos en defensa del pueblo venezolano y parece que toda discusión política está más encaminada a gestionar la caída del bolivarismo que en profundizar una vía de cambio real en sociedad española.

Me temo que el temita venezolano está aquí para quedarse y como dicen en Gran Bretaña no nos va a dejar ver el bosque desde los árboles.  Según afirmaba Mark Twain, la historia no se repite pero a veces rima.  En nuestro caso más que un pareado bien se podría argumentar que seguimos enredados en el mismo bucle.  El 26 de junio tenemos otra nueva oportunidad para crear una realidad diferente. No la desaprovechemos.  Unidos Podemos.